INVITACIÓN

Estimado Señor, sí usted... el que mete de vuelta los fósforos quemados a la caja; que además deja cuchillos con mantequilla sobre el mueble de la cocina; que por otra parte por las noches se sumerge descaradamente en océanos de creatividad que lo conducen a una isla que no puede ser visitada por nadie; ladrón del calorcito ajeno; amante desmesurado y charlatán; que inventa canciones que a todos nos maravillan; que emociona hasta las lágrimas a todas las mujeres que lo aman y veneran; que se caga de susto a ratos...

Usted Señor... está cordialmente invitado a reirse de la vida un rato

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